Dolores Mendieta, nace en Buenos Aires en el año 1977. Es Licenciada en Artes Visuales con mención en Pintura y Profesora de Artes en Artes Visuales (U.N.A., Universidad Nacional del Arte, Buenos Aires, Argentina). Además es Profesora Nacional de Pintura (Escuela Nacional de Bellas Artes P. Pueyrredón, Buenos Aires, Argentina). Complementó su formación en la Escuela Superior De Bellas Artes Ernesto de la Cárcova (Buenos Aires, Argentina), realizando diferentes seminarios de posgrado de Color, Dibujo, Dibujo aplicado a la pintura y Experimentación tecnológica mural.

Desde hace casi quince años, Dolores Mendieta vive y trabaja en el pequeño pueblo de San Javier,
Traslasierra, provincia de Córdoba, Argentina. Allí expone y realiza diferentes eventos, como pintura/música en vivo y seminarios intensivos y residencias artísticas.
Además, es profesora en la Escuela Superior de Bellas Artes “Luis Tessandori” de Villa Dolores,
Córdoba; teniendo a su cargo varias cátedras de dibujo y pintura.
Esta joven artista ha realizado numerosas exposiciones nacionales e internacionales y ha sido seleccionada y premiada en varios concursos desde temprana edad. Muchas de sus obras ya fueron adquiridas por coleccionistas privados de diferentes países del mundo y de Argentina.
Su obra se ha enmarcado durante mucho tiempo en una constante indagación sobre la identidad
latinoamericana. El estilo de sus primeras épocas (1998-2005) se caracteriza por un realismo social y
un realismo mágico, con fuerza en el retrato. Luego, con la serie Cosmogonías y sikuriadas,
abandona el realismo de sus rostros para pasar a una figuración simbólica, de fuerte contenido
narrativo, telúrico, mítico e imaginativo. Inspirándose fuertemente en el diseño cosmogónico
amerindio y en el colorido del arte popular, logrando un estilo único y particular que la caracteriza.
Desde el año 2017, la artista decide celebrar un nuevo ciclo biográfico con una serie llamada
Renacimiento. Este concepto encierra junto con una reflexión de vida, un cambio en su estética,
mostrando un estilo ecléctico. Con el eje puesto en el autorretrato y autobiografía, retoma el
realismo de las primeras etapas, y lo entremezcla con sus particulares diseños simbólicos. Hace
hincapié en la figura de la mujer, madre, artista, fuerte y resiliente.
A partir de la pandemia, este proceso de autoconocimiento, transmutación y sanación se
afianza, desarrollando un estilo nuevo y dejando atrás una estética más relacionada con la cultura
andina, dando paso a relatos y visualidades nacidos de su experiencia de vivir en el monte
transerrano y su crecimiento espiritual.
